El cambio en Crisóstomo Álvarez y San Lorenzo dio vuelta no solo el sentido de su circulación sino también la vida cotidiana de los conductores y vecinos. En los últimos días se advirtió que para algunos ese cambio fue para bien, pero para otros, todo lo contrario. Este último fue el caso de los habitantes de un edificio. El consorcio de propietarios e inquilinos de San Lorenzo 418 presentó ayer una queja formal en la Municipalidad debido a que con el corrimiento de las paradas de una calle a otra, la enorme cantidad de gente esperando los colectivos bloquean el ingreso y el garaje de la vivienda.

“Por medio de la presente los vecinos de calle San Lorenzo 418 de esta ciudad, ponemos en su conocimiento la gravísima situación que nos aqueja y preocupa por la decisión que tomaron como poder del Estado. Pusieron las paradas de cinco líneas de colectivos en la puerta de ingreso a nuestro edificio, y a nuestras cocheras (línea 4, línea 6, línea 7, línea 10 y línea 17)”, reza parte del reclamo que presentaron los vecinos.

Los primeros días de la medida bastaron para que Gabriela Brandán, entre otros ocupantes del edificio, notaran lo difícil que se hace ingresar o salir del mismo. “No solo son los autos y el peligro que implica, también es el ingreso peatonal. Tenemos vecinos en silla de ruedas a los que obviamente se les hace muy difícil. La gente está parada obviamente esperando el colectivo. Son 60, 70 personas constantemente en la puerta”, aseguró Brandán.

“Lo grave de la situación es que se podría ocasionar un accidente. Cabe recordar que las paradas anteriores en calle Crisóstomo Alvarez al 400 estaban distribuidas a lo largo de la cuadra, por lo menos en tres o cuatro puntos diferentes, con indicadores de cada línea: en este caso decidieron junto al cambio de sentido de las calles, aglutinar las cinco líneas en un solo punto”, señala otra parte del reclamo administrativo presentado.

DESDE ADENTRO. Este paisaje es el de los conductores cuando salen del garage del edificio de la San Lorenzo.

Fabián Muscillo, otro de los ocupantes del edificio, recibió a LA GACETA al mediodía y aunque aseguró que no es el horario pico de aglutinamiento de gente, tuvo que esquivar mucha gente solamente para entrar al edificio. Segundos antes, su esposa debió tocar bocina varias veces para poder ingresar con su vehículo ya que los miembros de la fila que esperaba el colectivo no hacían ningún caso. “La hora pico es a la tarde, pero siempre hay muchas personas. La gente no se mueve”, contó Muscillo.

Los efectos del reclamo

Algunas horas después de presentar el reclamo, autoridades de la Secretaría de Tránsito de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán fueron hasta el edificio para revisar la situación y tomar apuntes de lo que estaba pasando.

“Estamos tomando medidas con ese tema. El reclamo es justificado y en el acto fuimos y vamos anotando todo lo que sucede en el universo de lo que significa el cambio”, avisó Benjamín Nieva, secretario de Movilidad y Tránsito de la ciudad.

Las medidas podrían incluir un desdoblamiento de las paradas que se acumularon en ese punto de la San Lorenzo, adelantó Nieva. “Sucede también que en la Crisóstomo Álvarez, donde estaban las paradas anteriormente, las veredas eran más anchas y acá no hay retranqueo”, explicó el funcionario municipal.

Cambio de sentido de calles: estacionan autos muy cerca de las vías del tren

Si no fuera suficiente desdoblarlas, otra opción sería llevarlas directamente a la cuadra siguiente, pero en donde no coincida con el ingreso de una vivienda tan cercana.

“Insistimos que es un período de adaptación por lo menos hasta acá. Después no habrá contemplaciones porque habrá sido suficiente tiempo para presentar todo tipo de reclamo”, advirtió. “Les pedimos a los ciudadanos también que hagan suyo este cambio porque en definitiva es para mejor, para el bien de todos. Y que hagan su parte con el estacionamiento”, agregó Nieva,

Quejas de comerciantes

La medida, implementada con el objetivo de mejorar la fluidez del tránsito, redujo drásticamente el flujo de personas que circulan por estas vías, lo que generó preocupación entre los comerciantes.

Celeste, dueña de un quiosco y cafetería en la calle Crisóstomo Álvarez al 400, expresó su preocupación: “Entraba muchísima menos gente desde el cambio. Antes, con las paradas de colectivos cerca, teníamos un flujo constante de clientes. Ahora, la gente ya no pasa por aquí, y eso se traduce en una baja significativa en las ventas”, le dijo a LA GACETA.

Según la mujer, la cantidad de personas que ingresan a su negocio se ha reducido a la mitad desde que se implementó la medida. En una situación similar se encuentra Segundo, propietario de una cafetería en la misma calle.

El hombre mencionó que, aunque es difícil medir el impacto total debido a la cercanía del fin de mes, ya se siente una reducción en la afluencia de clientes. “El colectivo traía mucha gente, y eso ya no lo vemos. Las calles están más tranquilas, pero el comercio se ha resentido”.

QUEJAS. Una de las comerciantes afectadas por el cambio de sentido.

El panorama no es más alentador para María Emilia, quien dirige un negocio de venta de aromatizadores y piedras energéticas. “Las ventas bajaron un montón en estos dos días, que parecen semanas. Antes teníamos buenas ventas, pero ahora ya no se nota nada, la gente casi no entra”, comentó.

María Emilia también destacó que están explorando nuevas estrategias para atraer clientes ante este nuevo escenario. Aunque algunos vecinos señalaron como positivo el hecho de que las calles estén más despejadas y con menos ruido, los comerciantes coinciden en que el cambio ha sido perjudicial para sus negocios.